Aquí está la primera charla escrita por Jorge Vigara de Hablemos de animación. Disfrutadla.
________________________________________________________________________________
1 La actitud
¿Por qué es tan importante la actitud?
Porque la actitud va desde la posibilidad de darnos o quitar un
trabajo a lo que es importante: condiciona nuestro progreso como
creativos.
Es interesante verlo desde un punto de
vista externo ya que esto es un trabajo en equipo, es decir, el
contacto entre personas es necesario y sucede muchas veces al día.
Por lo que la actitud puede demostrar qué tal persona eres y si se
puede confiar en ti o no. Desde lo más simple, como pedir un favor,
pedir feedback o el retar con una tarea no llevada a cabo antes por
esa persona. Esto nos puede llevar a la promoción y a nuevos caminos
creativos.
Para entender la importancia de la
actitud hay que entender que la animación proviene de un trabajo
puramente artístico. En los primeros años del 2D la animación de
un plano en sí estaba realizada por una persona: el animador (que en
muchas ocasiones era el diseñador). Actualmente eso es un trabajo
de 4 personas: el diseñador de personajes, el modelador, el rigger y
el animador. Esto se ha debido a la globalización y expansión
del mercado de la animación, lo que permite por el momento gracias a lo lucrativo
que es este mercado, que intervengan más personas en el proceso de creación.
La creación de esta industria de
animación CG y por ello de la división del perfil de este animador
2D en varios perfiles técnicos y artísticos se da sencillamente por
una razón: el talento entrenado es difícil de conseguir y muy
caro. Digo entrenado, porque el mercado hoy no permite la posibilidad
de entrenar y enseñar a sus técnicos y artistas. Cada vez es más
exagerado la necesidad que existe en la industria que estudiantes
salgan listos para sacar planos. Apenas año y medio de Animation Mentor y ya estás listo para tu
primera película. Los estudios han venido comprobando durante todos
estos años que sus ganancias siguen siendo las mismas, o incluso
aumentan, sin importar demasiado que la calidad de sus artistas
individualmente sea muy alto, ya que lo que importa es el trabajo
global: el resultado del equipo.
Por eso hay que ser consciente de algo
importante, y me incluyo: tenemos la cuarta o quinta parte de habilidades que
un animador 2D. Hablo de habilidad, no de talento. El talento es algo
que está dentro de nosotros, pero que requiere práctica y tiempo
para mostrar todo su potencial: esto es habilidad. Y a la hora de
animar, ¿qué es lo que va a suplir esa falta y nos va a empujar a
desarrollar cada vez mejor nuestras habilidades? La actitud.
La actitud es algo que hay que hacerlo
conscientemente. Nos pueden enseñar a animar, y en qué consiste la
animación, pero no nos enseñan a ser animadores. Y un animador es
sobre todo una cosa: un lúcido de la vida. Esto significa que
observa, que escucha, que huele, que toca, que entiende cómo sus
emociones se transmiten para traducirse en su cuerpo, y cómo
funcionan esas sensaciones similares en el cuerpo de otro bajo otras
circunstancias. Sé que esto forma parte de la personalidad de cada
uno pero es que es difícil separar aquello que nos hace persona con
aquello que nos hace ser un buen animador.
Generalmente una persona que desarrolla naturalmente esta actitud
abierta y consciente es un buen animador 3D.
Como esto es una cuestión privada y
personal que trasciende los límites del animador en sí, no voy a ir
más allá. Pero sí puedo hablar de algo que forma parte de nuestro
día a día en el trabajo y que facilita llevar a cabo esta actitud: el feedback. Para esto hay que quitarse el miedo a fallar. Fallar es
bonito, porque significa que vas a mejorar en algo. No asociéis
feedback a la palabra crítica, ya que tiene connotaciones negativas que
no son reales. Asociarlo a mejorar, empujar, aprender... Es importante saber a quién pedir feedback (y
darlo). Un feedback no sirve si solo destaca esos puntos
mejorables. Hay que aconsejar o anotar cómo mejorar, por lo que cada
vez que pidáis feedback quedaros con aquellos que os ayudan a
comprender y a mejorar.
Cuando alguien se acostumbra al
feedback y lo usa para mejorar su trabajo, uno acepta una cuestión
fundamental: no lo sabemos todo ni tenemos las mejores ideas.
Cualquiera puede anotarnos un fallo, contarnos una manera distinta de
trabajar, enseñar algo o incluso plantear puntos de vista distintos
al tuyo y que funcionen igual o mejor. En resumidas cuentas:
acostumbrarse al feedback nos enseña a aprender. Esto se debe a que
aceptamos la posibilidad de que hay algo mas allá que lo que uno opina o ve. Aprender es el
hecho de asimilar algo desconocido o distinto, ¿verdad? Pues
aprender a aprender significa aceptar que mejoramos nuestro trabajo
gracias a eso desconocido o distinto. Eso supone el feedback.
Y lo más bonito de la magia del
feedback es que el día en el que lo hagamos parte de nosotros, una
semilla de curiosidad y de actitud se plantará en nosotros. Y
crecerá, y crecerá...
Manejar el tiempo, descansar el ojo y la mente. La motivación.
Manejar el tiempo, descansar el ojo y
la mente es otra cuestión que de manera natural no sale de nosotros
y que si lo olvidamos a veces puede ser contraproducente. Pasar mucho
tiempo frente a la pantalla consume mucho. Sobre todo en los últimos
procesos de la animación (al pulir), cuando repetimos una y otra
vez lo que vemos.
"Animation is concentration". Totalmente
de acuerdo, pero para concentrarte en algo hay que venir de una
visión global, porque si no, somos como caballos con anteojeras.
Siendo técnicos, algo muy común cuando se pule según la jerarquía
(ya sabéis, primero root/body, luego spine, cabeza y luego
extremidades) es que al profundizar más y más nos centramos en esas
partes que pulimos y nos olvidamos de cómo queda en el contexto
global. Por ejemplo, vemos que la mano tiene un pulido genial, con
sus arcos y sus movimientos pero no funciona como algo integrado al
cuerpo y los movimientos de éste. Con los faciales vs movimiento de
cabeza suele pasar lo mismo. Por eso a mí, personalmente, no me gusta
ese método que se hizo famoso en los primeros años de AM conocido
como "forget about the legs" ya que forzosamente nos
impide trabajar en la globalidad y nos centramos en cada parte
precisa.
Existen otros trucos que sirven para
"desconectar" de esa concentración en una parte general y
es ver el plano por un espejo, ver el plano desde lejos (hay algunos
colegas que lo miran boca abajo incluso, no miento), verlo de
distintas perspectivas. O incluso, dejar nuestro vídeo corriendo
visible en el escritorio, ir a tomar un té/café o al WC y volver.
De esta manera veremos el plano nada más acercarnos a nuestro escritorio y con
cierta frescura reveladora.
Así que, por cuestión de salud y por
el bien del plano, recordad que es bueno cortar. Esto es algo que, al
igual que la actitud, no sale solo, hay que tener algo de disciplina
y educarse a uno mismo para hacerlo.
Id a dar un paseo, leer, ¡dibujar!, ved
internet. De hecho es el momento perfecto para ver otra serie de
cosas que os saquen de la animación que estáis haciendo pero que os
motive. La motivación, algo esencial que también tenemos que
buscar. Ya hablaremos más adelante sobre cómo beber de otras disciplinas
artísticas. Pero es en estos momentos donde podemos estudiar otros
planos de otros animadores, o ver Arte y Animación de Christian
Dan, ver algo de cine con los actores que os gusten, escuchar BSO... La motivación
es algo importante ya que es el combustible de nuestro entusiasmo y ganas de
animar. Digamos que cuando estamos animando, si no sabemos cómo
manejarla, perdemos motivación. Y es muy curioso cómo a veces
estamos sin combustible y no caemos en que tenemos que llenar el depósito.
Para motivarse, es importante conocerse
a uno mismo y saber qué nos influye de esa manera tan positiva.
Hablar incluso con según que compañeros motiva mucho, si existe ese
feeling en el que habláis de animación sin parar y os emocionáis
juntos en esas charlas. No hay nada como la motivación en grupo, ya
que acerca a los miembros de los equipos entre sí.
Confianza vs Ego
Tema delicado el del ego. Seamos
claros: todo el mundo tiene ego. Yo tengo ego. Y lo tenemos porque
tenemos que pasar por ahí para confiar en nosotros mismos y seguir
avanzando en nuestro camino creativo y/o artístico.
Confiar en uno mismo es necesario. Esto
además no es incompatible con ser autoexigente y detallista. Al
contrario, la confianza potencia la autoexigencia y el detallismo, ya
que nos impulsa poco a poco a hacerlo cada vez mejor y llegar más
lejos con nuestros planos.
Ahora, en el camino a ganar confianza
en nosotros mismos y nuestro trabajo es donde reside la posibilidad
de caer en el problema del ego.
El ego tira al traste toda nuestra
atención con mantener una buena actitud, huele muy muy mal y no
gusta. El ego hace que la gente no quiera trabajar contigo, y cuando
es bastante elevado te da problemas laborales (por no hablar de los
personales). Además de eso, el ego es el principal problema de que
no sigamos avanzando en nuestra carrera. Como digo, el ego aparece de
camino a medida que ganas confianza de manera lógica: si vamos haciendo bien
nuestro trabajo y recibimos beneficios por ello (felicitaciones,
mejores planos, gente que cada vez te pide más feedback ,trabajar en mejores
producciones, mejor sueldo...) nos hacemos conscientes de ello y
adquirimos una posición de bienestar y de orgullo muy rica.
No importa en qué momento de nuestra
carrera ocurra, puede ser en vuestro segundo trabajo, o mientras
estudiáis (curiosamente se frecuenta más cuanto menos experiencia
se tiene). Pero cuando llegamos a ese punto en el que vemos nuestros
resultados en una posición tan satisfactoria, se hace complicado el
querer salir de ahí. A eso se le llama Ego, y psicológicamente
hablando el ego es precisamente miedo al cambio. Rechazo. Nos ha
costado tanto esfuerzo conseguir esos trabajos y provocar esos halagos en lo que nos
rodean que tenemos miedo de no volverlo a conseguir. Por eso
rechazamos nuevas ideas, los fallos que algunos compañeros ven,
nuevas maneras de trabajar...
Confiar en uno mismo supone simplemente
aceptar que lo haremos bien y mejor cada día si nos lo proponemos. Y
que por las mismas razones que superamos las dificultades o retos
pasados podremos superar las venideras. El querer asimilar esos
cambios y usarlos para mejorar es la confianza. El rechazarlos es
ego.
Y en una profesión que se realiza
colectivamente, para una audiencia colectiva, hay que contemplar la
opinión y la visión global. Si eso no se acepta, no es un problema,
pero esa persona no trabajará agusto en esta industria o al revés,
la industria quizás no lo acepte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario